Escrito por Jimena Moscoso
Una de las temáticas recurrentes que aborda BTS en sus canciones siempre ha sido la de los sueños, entendidos estos como las metas de vida perseguidas por las personas, especialmente los jóvenes. Alrededor de esta concepción de los sueños se articulan una serie de visiones en relación a la identidad, la motivación y el esfuerzo que se que se podrían considerar centrales en la vida de una persona, y que por lo mismo son tan importantes en la juventud.
A medida que ha avanzado su carrera, BTS ha ofrecido diferentes enfoques respecto al tema, complementándose los unos a los otros. No More Dream, Tomorrow y Paradise constituyen tres canciones importantes al momento de analizar esta narrativa, pues presentan una serie de planteamientos fundamentales al momento de pensar en ese tópico: el propósito de los sueños y la libertad que cada quién posee para determinar cómo dirigir su vida en base (o no) a estos.
1. “Nadie nos enseñó a soñar”: Entre los sueños impuestos y los sueños reales
A través de sus letras, BTS presenta una oposición central entre los sueños impuestos por agentes externos a ellos, o a las personas de su edad en general, y lo que ellos verdaderamente quieren, ya sea consciente o inconscientemente. Esto puede ser entendido desde la tensión que presentan muchas veces los jóvenes ante el paradigma social al cual se espera que se asimilen, y para el cual se les educa desde que son pequeños. Como menciona Urcola, los jóvenes mantienen un “intercambio conflictivo con las instituciones (estructura normativa) que intentan contenerlos” (2003, p.48). Las instituciones que son mencionadas de forma constante son la familia, específicamente los padres, los adultos en general, y la escuela. Las mismas son representadas como fuerzas opresivas y asfixiantes que impiden el desarrollo pleno de los adolescentes, en tanto insisten en que la persona siga un camino ya trazado y “beneficioso” que, sin embargo, pasa por alto la individualidad inherente a cada uno.
Estas ideas respecto al sueño ideal responden a un discurso sobre el éxito social. En la actualidad, se espera que los sujetos se vuelvan personas exitosas, y el “éxito”, aunque poco definido en sí mismo, es vendido mediante libros, publicidad e historias inspiradoras, además de ser predicado por quienes ostentan riqueza y prestigio como la confirmación del funcionamiento del sistema. En esta línea, Vásquez menciona la existencia de una máquina adultocéntrica que masifica el deseo de éxito mediante la performatividad de la imagen de un joven que se ajusta al sistema (2010, p.48). El discurso es reproducido y depositado en los jóvenes mediante la educación y la familia, quienes los dirigen hacia el seguimiento de los mandatos de éxito ya determinados. Es por eso que en No More Dream, el joven alza la voz y protesta, pues está “Harto de los mismos días, de la repetitiva rutina, de los adultos y padres inculcándome sueños cerrados. La carrera profesional N°1, ¿empleado del gobierno? No intentes imponerme sueños de noveno turno”. No se deja a la persona decidir qué es lo que quiere para su vida y organizarse de acuerdo a ello, sino que se le comunica lo que es correcto querer para que lo siga. La inserción en el sistema social y económico debe ser una donde no existan los cuestionamientos, pues de lo contrario representa una amenaza.
De esta manera, se constituyen expectativas alrededor de la juventud y su desarrollo futuro, pues las personas que tienen permitido alcanzar el éxito son quienes ajustan al orden social, las herederas del sistema establecido y de las que se espera que le den continuidad. Surge, por lo tanto, la imagen de un joven modelo. Como Margolis y Urresti explican, este joven legítimo es presentado por los grupos dominantes como “aquel que condensa las cualidades que los grupos dirigentes definen como requisito para la reproducción de vida, patrimonio y posición social” (1998, p.33). Esta forma de pensar es absorbida y reproducida por las personas a su alrededor, incluyendo a sus pares, quienes han interiorizado hasta cierto punto este discurso sobre lo que tienen que hacer. Esto es lo que se puede ver cuando mencionan las palabras de los otros jóvenes en No More Dream: “Yo quiero una gran casa, grandes autos y grandes anillos, pero la verdad es que no tengo ningún gran sueño”. Ellos exponen a una juventud atrapada que no aspira a nada salvo mantenerse dentro del sistema preestablecido y vivir cómodamente. El sueño del joven modelo, entonces, es conseguir riqueza, cosa que muchas veces se logra a través del estudio en la universidad de una carrera rentable y un trabajo estable.
Por esto es que, en Paradise, Namjoon da cuenta de cómo “Soñamos en base a sueños de alguien más (como deudas). Nos enseñan que debemos ser espectaculares (como la luz). Tu sueño, en realidad, es una carga”. Se reafirma, entonces, la noción de que los sueños que se incita a los jóvenes a seguir se trata de sueños predeterminados por la sociedad o por personas externas que imponen lo que ellos creen merecedor de ser perseguido, siendo esto muchas veces beneficioso también para el status quo. Además, en consonancia con la idea de la riqueza, se presenta la acumulación de deudas. En su ensayo sobre el ‘burnout’ millenial, Anne Helen Petersen (2019) destaca cómo el discurso alrededor de la educación académica como forma de acceder a mejores trabajos y, en consecuencia, al éxito laboral, lleva a muchos a endeudarse para poder seguir pagando sus estudios en la mejor universidad que puedan encontrar. Y sin embargo, llega un punto en el cual se da cuenta de que “aquello que te han dicho, y que tú misma terminas creyendo, que vale la pena – que vale los préstamos, que vale el trabajo, que vale toda esa ‘auto-optimización’ – no lo es”. El sueño impuesto es, en efecto, una carga asfixiante. Es tal la presión derivada del mandato de éxito actual, que no exige ser los mejores y resaltar en todo lo que hagamos, que la persecución no es de la identidad ni de la felicidad, sino de la fama, por decirlo de alguna manera.
Relacionado a esto encontramos la frase “Oye tú, ¿cuál es tu sueño? ¿cuál es? ¿Ese es todo tu sueño?”, que en No More Dream nos da luces respecto a la conducta de los padres alrededor de los sueños juveniles. Hay una constante repetición de la pregunta por cuál es el sueño de uno y luego un cuestionamiento del sueño en cuestión por ser “poco ambicioso”. La sociedad que presenta BTS es una donde los padres imponen aspiraciones a sus hijos al mismo tiempo que les reclaman para tener un sueño. Esto presenta cierta paradoja en el discurso de los sueños que es reproducido por los adultos, pues se le exige al joven obedecer a sus padres y cumplir sus expectativas tanto como se espera que tengan grandes sueños propios. Como refiere Palazzo, los jóvenes aparecen como receptores de mandatos sociales contradictorios (2010, p.74). En la misma canción mencionada anteriormente, los chicos reaccionan ante esta incompatibilidad enfrentándose directamente a las personas que los presionan y resaltando la poca verdad que hay detrás de sus palabras: “eres un mentiroso. Mírame, mírame ahora, eres tan hipócrita (...) Por favor, no me fuerces”. Aunque hay una presión externa a los jóvenes por tener un gran sueño, no se les apoya en su verdadera individualidad. Se trata de imponer en los jóvenes este mandato de soñar en grande al mismo tiempo que se les trata de mantener en lo preestablecido, con lo que finalmente se puede ver que lo que los adultos pretenden es que se sueñe en grande mientras esos sueños coincidan con lo que ellos consideren correcto soñar.
Este modelo de sueño se asume como falso a los ojos de Bangtan. Aunque admiten haber sido parte de la juventud acrítica, han logrado tomar posición contra los mandatos sociales cuadriculados y defienden la autodeterminación de los objetivos de vida por parte de los jóvenes, más allá de la complacencia o adecuación a expectativas ajenas. Esto se puede ver en el siguiente extracto de No More Dream: “Rebélate contra la infernal sociedad, los sueños tienen un perdón especial. Pregúntate cuál es tu perfil de ensueño. No dejes que nadie reprima tu vida, sé el personaje principal”. BTS, entonces, se constituye como un grupo contra hegemónico que presenta la posibilidad de romper con el molde y que incita a sus coetáneos a hacer lo correspondiente por sí mismos. Esta opción alternativa de vida es una resistencia activa al molde, de modo que se colocan en una posición marginal dentro del sistema y, consecuentemente, se colocan en contra del joven legítimo, del heredero.
El proyecto que sostienen los coloca en una situación de tensión ya no solo con las instituciones que adoctrinan a su generación, sino también con “un gran sector de la juventud que configura identidades juveniles, pero no desde agregaciones contra-hegemónicas, sino precisamente desde la apropiación del discurso hegemónico” (Vásquez, 2010, p.50). Su llamada de atención hacia los jóvenes es especialmente fuerte en No More Dream, donde reiteradamente se oponen a esta imagen de adolescente obediente poco cuestionador de lo que hace, incluso si no le agrada su rutina. Estas personas son señaladas como “niños” que no pueden actuar por sí mismos. En el puente de la canción se hace una crítica especialmente ácida: “No sabes cómo vivir. No sabes cómo escapar. No sabes cómo decidir. No sabes cómo soñar”. Esta es la realidad que ven en su generación, pues no consideran que ninguno de esos cuatro verbos encuentre un eco real en las acciones de sus contemporáneos, esencialmente porque están íntimamente relacionados. Tomar decisiones por uno mismo, alejándose del mandato social, implica que se escape de la opresión del sistema. Por consiguiente, se empieza a vivir de forma auténtica y se abre la posibilidad de los sueños reales, aquellos a los que los chicos aspiran llegar.
Por ende, podemos ver que la categoría de ‘sueño’ no es descartada por Bangtan, sino que es resignificada. Un sueño real, en oposición a un sueño impuesto, es aquello que verdaderamente quiere la persona, lo que quiere llegar a ser o conseguir. No obstante, no se trata de colocar presión sobre la persona poseedora del sueño, sino que se busca la honestidad hacia uno mismo y la autenticidad. No hay exigencias opresivas respecto a lo que debería ser o no la meta de alguien, sino que es una noción extensiva. En Paradise esto es mucho más claro: “Está bien si tu sueño no es lo que se considera como uno, como comprar una computadora el mes que viene, o solo comer y dormir, (...) Soñar no debe ser algo grandioso”. Así, los sueños son, más bien, guías que la persona debe construir por sí misma.
Como veremos, los verdaderos sueños funcionan como una brújula que apunta hacia la identidad individual, el sentido de la vida, e incluso a la felicidad. Por lo mismo, deben ser una ayuda para la persona, no imposiciones que la obliguen a trabajar en pos de su consecución. Estén atentxs a nuestras redes sociales para poder leer la siguiente parte del artículo, en donde hablará más al respecto de las diferentes implicancias de estos sueños en la vida de los jóvenes.
Bibliografía
Margolis, M., & Urresti, M. (1998). La construcción social de la condición de juventud. En M. Laverde y otros (Eds). “Viviendo a toda”. Jóvenes, territorios culturales y nuevas sensibilidades (pp. 16-37). Siglo del Hombre Editores. https://donbosco.org.ar/uploads/recursos/recursos_archivos_1082_1112.pdf
Monlyrics. (2017, 13 de julio). BTS – No More Dream [Sub. Español] [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=ZdMexzVxwJM
Monlyrics. (2018, 24 de julio). BTS – Paradise [Sub. Español] [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=-OblU5mZnbc
Palazzo, M. (2010). La juventud en el discurso: representaciones sociales, prensa y chat. San Miguel de Tucumán: Facultad de Filosofía y Letras, Uiversidad Nacional de Tucumán. https://www.aacademica.org/gabriela.palazzo/35.pdf
Petersen, A. H. (2019, 5 de enero). How Millennials Became The Burnout Generation. Buzzfeed News. https://www.buzzfeednews.com/article/annehelenpetersen/millennials-burnout-generation-debt-work
Urcola, M. (2003). Algunas apreciaciones sobre el concepto sociológico de juventud. Invenio, 6(11), 41-50. https://www.redalyc.org/pdf/877/87761105.pdf
Vásquez, J. (2010). Subjetividades juveniles y discurso del éxito. Entre la emancipación y la institucionalización de las prácticas. Anuario Electrónico de Estudios en Comunicación Social "Disertaciones", 3(1), 36-57. https://revistas.urosario.edu.co/index.php/disertaciones/article/view/3937/2869
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